“Envidia de la buena” no existe

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La envidia es un sentimiento de impotencia que se genera como consecuencia de no conseguir lo que quiere.
Lau Martínez. Colaboradora

POR: Lau Martínez. Colaboradora

Estudió periodismo y comunicación en la UNAM. Desde hace 6 años vive en Madrid y colabora como corresponsal en Salud180.com. Siguel@ en:

23-07-2010

Decía el filósofo español Miguel de Unamuno que “la envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual”. Si crees, o eres de los que opinan que la envidia “sana” existe, debes saber que ese sufrimiento secreto por el bien ajeno, que todos hemos sentido alguna vez y que nos ha traído más de una incomodidad, disgusto y dolor, siempre es pernicioso.

 

La envidia es un sentimiento que debe ser aceptado como uno más de los que sentimos, pero debe empezar a preocuparnos cuando la envidia se convierte en patológica e interfiere en la vida de la persona, cuando ese sentimiento posee al individuo, merma su autoestima y le incapacita para llevar una vida saludable.

 

Los antiguos griegos definieron la palabra envidia como “el dolor causado por la buena suerte de alguien que se nos asemeja” y la historia de la humanidad está plagada de episodios donde abundan personajes envidiosos y crueles.

 

¿Qué es realmente la envidia?

 

En opinión de la doctora Lilia Joya, catedrática de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (FP-UNAM), la envidia es un sentimiento de impotencia que se genera en un individuo como consecuencia de no conseguir aquello que tanto anhela y que otra persona sí ha logrado obtener.

 

Intenso sentimiento

 

“Este sentimiento se experimenta cuando se desea con gran intensidad algo, que puede ser desde un bien material, logros profesionales, académicos, incluso hasta la estabilidad emocional de una persona, y que por diferentes razones no se ha podido concretar. Más allá de asumir que la envidia es sinónimo de coraje u odio hacia el individuo que posee el bien anhelado, se traduce en el afán de poseer y no necesariamente en el deseo de privar de algo a esa persona. No obstante, esto último sí puede ocurrir cuando el objeto en cuestión es el único”, acota la especialista

 

Cómo transformar la envidia en provecho propio


Los expertos opinan que no se debe dejar que la envidia crezca en uno mismo. Recomiendan detenerse y utilizar la envidia como combustible para superar y alcanzar lo que se quiere. ¿De qué manera? Reflexionar la situación, ser sincero con uno mismo (admitir que el comportamiento es erróneo), usar la empatía (ponerse en el lugar del otro), aprender a conformarse con lo que se tiene (especialmente lo bueno); concentrarse y no comparar la vida de uno con la del otro; valorarse (trabajar para elevar la autoestima), ser valiente (ante la derrota, afrontar la vida con serenidad) y confesarse, es decir, hablar con alguien de confianza, ayuda.

 

No hay que ponerse “verde” de envidia, mejor aprendamos a superar su lado más negativo.
 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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