Aprende a cambiar las ensaladas por las grasas

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enrena tu cerebro
Diana Oliva

POR: Diana Oliva

Estudió periodismo en la FCPyS. Es aficionada a la literatura clásica y su mayor pasión son los perros.

20-03-2013

Susan Roberts nutrióloga en la Universidad Tufts y autora del libro The Instinct Diet, explica que existe una razón biológica por la cual la mayoría de las personas sienten antojo por un helado, dulces y otras golosinas, pero no por el brócoli.

 

El hombre, cuando aún era nómada y dependía de la disponibilidad de recursos, para evitar morir de hambre su cerebro se programó en recoger y reconocer las señales de los alimentos ricos en calorías y grasas para sobrevivir más tiempo. Lo anterior ayuda a explicar por qué un pedazo de pastel en un plato frente a ti, ¡es tan irresistible!

 

De acuerdo con Roberts, la mente se puede entrenar para hacer que nuestros instintos se olviden y así detener los antojos por comida que nos hace daño, por lo que luego subimos de peso y deseamos alimentos poco saludables.

 

La información publicada en el portal CNN.com, señala que con 3 sencillos pasos, lograrás cambiar tus antojos de comidas ricas en grasas por alimentos "sanos" 

1. Limpia tus tazones

Elimina los rastros de las comidas ricas en azúcares y grasas (chocolate, postres etc.) Si tienes algún tazón en tu casa con chocolates o dulces reemplázalos por canicas.

2. Lleva alimentos saludables contigo

Carga manzanas en tu bolso y mantén una caja de cereal alto en fibra a tu alcance, para comértelos cada vez que se te antoje un chocolate.

3. Técnica entre comidas

El "método sándwich, consiste en evitar comer completamente cualquier alimento poco saludable que se te antoje con la esperanza de que este "deseo" se te olvide.

 

Esto pasa porque si al comenzar la comida, tomas una colación alta en grasa, cuando tienes hambre, tu cerebro lo registra con la saciedad, y espera que cada vez que necesites comer le des el mismo tipo de refrigerio, pero si lo tomas al final de la comida, tu cerebro lo recordará como lo menos apetecible, porque el hambre ya es menos.

 

Pon en práctica estos consejos y trata de disminuir la cantidad de comida “chatarra” que comes al día.

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