Incontinencia no es el fin de la vida sexual

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Incontinencia, no es el fin de la vida sexual
Incontinencia, no es el fin de la vida sexual
Diana Oliva

POR: Diana Oliva

Estudió periodismo en la FCPyS. Es aficionada a la literatura clásica y su mayor pasión son los perros.

28-07-2011

Si hablamos que puede afectar la vida sexual de las mujeres después de la menopausia, el principal factor es la falta de lubricación  y el adelgazamiento de las paredes de la vagina que pueden hacer que la penetración sea dolorosa o molesta.

 

Pero existe una situación que muchas suelen vivir en silencio y que puede llevarlas a preferir evitar los encuentros sexuales: la incontinencia urinaria.

 

Conocida como la pérdida involuntaria de orina, en promedio de 3 a 4 de cada 10 mujeres la padecen y suele ser más frecuente conforme avanza la edad. Como consecuencia de la disminución de estrógenos durante la menopausia, los músculos del esfínter se debilitan haciendo más factible que se presenten estas fugas de orina.

 

La forma más común es llamada incontinencia de esfuerzo, la cual se da cuando se hace algún movimiento que genera presión sobre la vejiga como toser, estornudar, reírse, hacer ciertos tipos de ejercicios o cuando el cuerpo se contrae al levantarse de la cama o de un asiento.

 

Cuando los músculos que controlan la salida de la orina se debilitan, la presión ejercida por las contracciones empujan el líquido hacia la uretra provocando pequeñas fugas sin control.

 

Disfrutando de la sexualidad

Por el miedo a que esta pérdida de orina suceda durante el sexo, por lo general en el momento del orgasmo, muchas mujeres evitan la cercanía física para no proveer los encuentros que puedan derivar a una relación sexual. De esta manera van abandonado poco a poco su vida sexual.

 

Existen alternativas que puedes seguir para no perder tu relación sexual con tu pareja; no olvides que es importante consultar a un terapeuta  o a tú médico de confianza para que pueda asesorarte, a continuación te mencionamos algunas alternativas.

 

 

Fortalecer el piso pélvico

Ejercitar el músculo pubococcígeo, aquel que va del pubis al coxis, es el que contraemos y relajamos cuando queremos interrumpir o dar paso al chorro de orina. Se deben hacer series de contracciones y relajaciones a lo largo del día para recuperar la fuerza y tener mayor control, también son conocidos como ejercicios de Kegel.

 

Planear las relaciones sexuales

Se puede evitar el consumo de líquidos previo al encuentro sexual; así como tratar de vaciar la vejiga tratando de eliminar todo el líquido posible; un masaje al vientre puede ayudar.

 

Hablar del tema

Es importante que se platique con la pareja para que ésta esté al tanto de la situación, además que pueden buscar nuevas posiciones en las que se ejerza menos presión sobre el vientre. También se pueden hacer pequeñas pausas entre el juego previo y la penetración.
 

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