Pesadillas, terror de muchos

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Las pesadillas ocurren en la fase cuatro del sueño, aquella donde se registran movimientos oculares rápidos (fase MOR) y donde estamos completamente relajados. De ahí que en el momento de un sueño terrible seamos incapaces de liberarnos de la situación. Fuente: Photos.com

Todos alguna vez hemos soñado con zombies, monstruos, quimeras, brujas, accidentes o eventos desagradables, que los hemos sentimos tan reales que nos despiertan llenos de angustia. Por fortuna, este tipo de sueños no pasa todos los días.

 

Sin embargo, si este tipo de sueños son recurrentes y trastornan la vida, es necesaria la evaluación de un equipo de médicos especialistas en la neurofisiología del sueño.

 

En la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, ubicada en el Hospital General de la Secretaría de Salud, en el Distrito Federal, se puede realizar esta evaluación.

 

Esta prueba consiste en vigilar al paciente mientras duerme; no sin antes haberle colocado sensores en la cabeza, los ojos, el corazón y en otras partes del cuerpo durante este tipo de sueños

 

Reyes Haro Valencia, director de la Clínica, explicó que esos sensores permiten a los neurofisiólogos registrar el funcionamiento del cerebro, los movimientos oculares, los cambios en el tono muscular, la temperatura, el ritmo cardiaco y la respiración del durmiente.

 

Las pesadillas ocurren en la fase cuatro del sueño, aquella donde se registran movimientos oculares rápidos (fase MOR) y donde estamos completamente relajados. De ahí que en el momento de un sueño terrible seamos incapaces de liberarnos de la situación, comentó el doctor Reyes Haro.

 

En esa etapa del sueño, el corazón late más rápido y la respiración es más agitada. También se le conoce como “sueño paradójico”, ya que a pesar de ser la fase más profunda del dormir, el cerebro, el corazón y los pulmones están muy activos.

 

Según los científicos, durante una pesadilla se activan las zonas del cerebro que lo controlan y aquellas que reaccionan cuando estamos despiertos, por eso experimentamos la sensación de haber vivido la escena. En un sueño normal, ambas estructuras cerebrales no funcionan al mismo tiempo.

 

Una manera de tratar a quienes padecen este tipo de sueños, ansiosos, es a través de fármacos que disminuyen la intensidad de la etapa donde se presentan.

 

La importancia de acudir a una evaluación médica radica en que muchas veces las pesadillas son la manifestación de enfermedades neurológicas, como la epilepsia del lóbulo temporal. Este tipo de epilepsia se expresa únicamente mientras la persona duerme, ya sea con movimientos anormales o con sueños que producen angustia. 

 

Roncar también puede producir sueños de contenido ansioso, dado que cuando alguien ronca, deja de respirar y ante la falta de oxígeno, el cerebro reacciona para que el cuerpo se mueva y la respiración continúe.

 

El sueño debe llevarse a cabo durante cuatro etapas. Cuando alguna se altera, se modifica el carácter y la percepción de la realidad. Por ello, si padece algún trastorno del sueño es necesario acudir con un especialista.

 

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