Genoma revela enfermedades mortales

Por mil dólares, una empresa biofarmacéutica islandesa líder en la exploración del genoma humano, es capaz de decirnos cuáles enfermedades podemos padecer y eventualmente, de qué podemos morir. ¿Te interesa?

De acuerdo con el doctor Alfredo Carrato, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, poseer información genética sobre un paciente tiene, desde luego, un indudable valor.

Sin embargo, indicó Carrato: “Cada enfermedad es el resultado de una interacción del medio ambiente con el genoma. Hay que evaluar esta información en un contexto completo, para que sea valorada por un equipo médico que conozca la historia y el entorno del paciente".

El doctor Carrato también teme el impacto psicológico que puede llegar a tener estos datos genéticos, por ejemplo en el caso de que se vislumbre un alto riesgo de determinado tipo de cáncer:

"Antes de hacerse esta prueba el paciente debería pasar por una evaluación psicológica. Una vez que se considere que está capacitado para recibir esa información sin alteraciones, se puede hacer".

Ciertas restricciones

Por su parte, Eduardo de Teresa, presidente de la Fundación Española del Corazón, considera que "más adelante esta información será realmente valorada: “Creo que todavía es temprano para evaluarla y en el caso de enfermedades cardíacas, el valor del perfil genético a la hora de anticipar la probabilidad de riesgo es especialmente bajo”.

Y pone un ejemplo: "En hermanos gemelos en los que el perfil genético es igual, pero uno es obeso y fuma y el otro es delgado y no fuma, lo que va a suceder es que los riesgos que corre uno no van a tener nada que ver con los que corre el otro".

Lo que un perfil genético sí puede hacer es ayudar a convencer al hermano obeso y fumador a que cambie de hábitos, opina el experto. La posibilidad de que exista una tendencia genética a morir de determinada enfermedad puede actuar como alerta para incentivar a la gente a vivir de manera más saludable.

Por su parte, el doctor Carlos Macaya, jefe de cardiología del Hospital Clínico de Madrid, es más escéptico. Cree que el valor de la información genética actualmente disponible es limitado y que hay mejores formas de que una persona preocupada por su salud invierta su dinero.

Por ejemplo, en algo que le hiciera feliz, que le bajara el estrés, que le mejorara su autoestima y te relajara como tener una bicicleta o los zapatos que tanto habías soñado. La idea es disfrutar cada día con intensidad, como si fuera el último de nuestra vida.