Crimen detona daño psicológico

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Como una manera para prevenir el daño psicológico ocasionado por la violencia, la aseguradora Marsh Brockman lanzó al mercado una nueva póliza anticrimen que cubre a las empresas con operaciones en México contra actos del crimen organizado, sabotaje y terrorismo. Fuente: Photos.com
J. Manuel Reyes

POR: J. Manuel Reyes

Editor de Salud180.com Aficionado a las nuevas ideas. Una palabra lo cambia todo.

15-05-2013

Ser víctima de un hecho violento o criminal es común que genere daño psicológico en una persona. Emocionalmente, las personas experimenten miedo y nerviosismo durante e inmediatamente después del ataque sufrido, lo cual puede persistir durante varios días, semanas y meses posteriores.

 

Como una manera para prevenir el daño psicológico ocasionado por este tipo de violencia, la aseguradora Marsh Brockman lanzó al mercado una nueva póliza anticrimen que cubre a las empresas con operaciones en México contra actos del crimen organizado, sabotaje y terrorismo, como se explica en el siguiente video de CadenaTresNoticias:

 

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Los efectos que dejan los actos criminales son diversos. Inmediatamente se registran reacciones asociadas a la vivencia de eventos fuertemente estresores, pero con una variación importante: la situación es tal que las respuestas de huida o agresión se inhiben, no resultan factibles.

 

Luego de un momento que se tiende a describir como eterno para el que lo vive, quienes realizan ese daño psicológico se van y dejan a las personas asustadas, indignadas, con la sensación de impotencia y estupefactas ante la intrusión violenta en su cotidianidad, de acuerdo con el sitio psicologiacriminologica.com

 

No sólo el daño psicológico se refleja en las emociones, sino también se manifiesta físicamente: aumento en la frecuencia cardiaca, temblor, frío y sudoración asociadas a la vivencia de peligro. El miedo que se siente en el momento del hecho, se puede transformar en angustia y ansiedad.

 

La amenaza generalizada supone ya la adopción de una actitud defensiva y de desconfianza ante el otro desconocido; sin embargo, las personas que son víctimas del crimen ven acentuada esta actitud. Es frecuente que se observen ciertos patrones de evitación.

 

El espacio social se vive como amenazante o inseguro, el otro se valora como potencial enemigo y hay una sensación de fragilidad y amenaza personal. Visto desde cualquier perspectiva, es una situación que atenta contra la salud mental y las formas de relación  con los demás.

 

Pese a que los actos violentos se vuelven parte de la cotidianidad, la vida de una persona que ha sido afectada por la violencia se ve alterada de una u otra forma, por lo que es importante que acuda con especialistas para que le brinden orientación, ayuda y estrategias de afrontamiento para superar el daño psicológico.

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