¿Celos son "síntoma de amor verdadero"?

Para muchas personas, los celos son un “síntoma” del amor verdadero, pero cuando deterioran la vida de uno mismo y de la pareja, los expertos consideran que se trata de una patología cuyo origen puede estar en la infancia.

“Los celos son una reacción emocional que se presenta cuando sentimos que alguien amenaza una relación interpersonal valiosa para nosotros”, explicó la doctora Lucy Reidl, especialista de la Facultad de Psicología de la UNAM.

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  ¿Síntoma de amor perfecto?

¿Cómo sin tenerlos puede el amor estar perfecto? "Son ellos, de que hay amor, el signo más manifiesto, como la humedad del agua y como el humo del fuego. No son, que dicen, de amor bastardos hijos groseros, sino legítimos, claros sucesores de su imperio".
 

Así es como describe Sor Juana Inés de la Cruz a los celos; sin embargo, este sentimiento lejos de ser poético, puede consumir la energía y vida de quien lo padece.

El problema es cuando son  frecuentes y vienen acompañados de emociones intensas que afectan el funcionamiento del individuo: coraje por la intrusión del tercero, miedo a perder a la pareja, necesidad de controlar al otro, deseo de hacerle daño, angustia, dolor, tristeza.

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  Conducta que puede ser aprendida

La celotipia o manifestación patológica de los celos depende de muchos factores y no necesariamente de las provocaciones de la pareja. “Tiene que ver los sistemas  de crianza, de las relaciones establecidas con los padres, del estilo de apego que la persona aprende cuando es niño, de la confianza en uno mismo y la seguridad; por eso no todos somos igualmente celosos”.

Y resalta que esta respuesta emocional es también aprendida. “Nuestra cultura marca las situaciones en las que debemos sentir amenazada la relación. Por ejemplo, entre los esquimales es un gesto de cortesía permitir que el invitado pase la noche en el iglú y duerma (no en el sentido sexual) con la esposa del anfitrión”.

Aquí los celos no tienen lugar, en contraste, “la mayoría de los mexicanos piensan: ‘si no me cela, no me quiere’; es como un indicador de la calidad de la relación, aunque a la larga puede ser destructivo”, afirmó.

A decir de la especialista, cuando los celos son furiosos, producen más crímenes que el interés y ambición. Muestra de ello son las estadísticas: 30% de los delitos pasionales registrados en nuestro país es resultado de los celos.