7 hábitos para una piel delicada

Muchas personas en la actualidad tienen  una piel delicada que constituye una condición de hipersensibilidad a factores ambientales o de salud. El conocimiento y la aplicación de  diferentes hábitos para el cuidado de la piel son importantes para el bienestar de las personas que tienen esta condición o se encuentran propensas a padecerla.

Según el Primer Estudio del Cuidado de la Piel en América Latina liderado por Philippe Humbert Ph.D., jefe del Servicio de Dermatología del CERT de la Universidad de Besançon en Francia, la mayoría de mujeres de América Latina cuidan su piel por cuestiones de belleza, para lucir mejor. Sin embargo, la gran mayoría no toma en cuenta el tema de salud y la importancia que tiene el cuidado de la piel para prevenir manchas o cáncer.

La doctora Minerva Gómez, médico dermatólogo Presidenta de la Fundación Mexicana Para la Dermatología FMD, reveló que nuestra piel, el órgano más extenso del cuerpo y explica que se cree que las mujeres son más vulnerables, aunque los hombres también llegan a presentarlos. Asimismo, la piel blanca es más sensible que la morena y durante la tercera edad se acude a consulta con mayor frecuencia debido a que la comezón acentuada en casi todo el cuerpo. 

  Cuidar nuestra piel es cuestión de salud

Los síntomas para saber si se tiene una piel delicada o sensible son diferentes en algunos casos, pero si tú ya padeces de una piel sensible te recomendamos seguir algunos hábitos:

Según la Organización Mundial de la Salud OMS, el cáncer de piel ha crecido 8,3%, principalmente, por la exposición indiscriminada al sol. Así se debe usar protectores solares con pantalla física y química, cosméticamente aceptables; colocarse 20 minutos antes de la exposición solar o al baño y reaplicarse cada 2 a 6 horas aunque diga que es contra el agua.

La especialista Minerva Gómez aconseja abrigarse de manera adecuada en temperaturas frías, usar guantes en las manos, cremas humectantes y lubricantes; no ducharse demasiado ni abusar del jabón; hay que evitar los cambios bruscos de temperatura y la ropa que no permite la adecuada ventilación, como texturas de plástico (que generalmente se usan en el calzado).

Aumentar la ingesta de líquidos. Tomar agua podrá mantener tu piel hidratada y sin arrugas para no lucir una piel escamada que pueda provocar infecciones. Bebe al menos ocho vasos de agua durante el día. Los jugos naturales y la leche también resultan de gran ayuda.

A veces la piel que generalmente está seca o irritada empeora por hábitos exagerados de limpieza o uso de medicamentos inapropiados. Hay que acudir al dermatólogo o informarse sobre medidas de higiene pertinentes.

La alimentación es importante para mantener una piel sana. Comer frutas o verduras verdes y rojas, que sirven como antioxidantes para evitar el daño provocado en las células por la acumulación de radicales libres, además de favorecer la cicatrización de los tejidos y combatir con mayor eficacia las infecciones de la piel. La manzana contiene alfahidroxiacidos, que son útiles para prevenir el fotoenvejecimiento.

Evita el consumo de alcohol y tabaco, la vida sedentaria y el no dormir lo suficiente ya que  contribuyen al deterioro de nuestro organismo y por consiguiente de nuestra piel.

No frotar la piel con demasiada agresividad. Utiliza un paño o una esponja facial durante la limpieza de la noche para eliminar totalmente el maquillaje y el residuo del día. Frotar la piel demasiado puede provocar irritación, estimula las células de melanina en las zonas propensas a las manchas y crea desgaste adicional de la elasticidad de la piel. Usa una toallita de bebé con las fibras más suaves o una esponja facial.

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