Incontinencia urinaria afecta a niños

La enuresis, padecimiento que consiste en la emisión de orina en la cama o ropa, involuntaria o intencional, diurna o nocturna, afecta más a los niños que a las niñas, y puede presentarse hasta la adolescencia, afirmó Silvia Ortiz León, integrante del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Este padecimiento se diagnostica cuando la emisión del líquido ocurre por lo menos dos veces a la semana por un periodo de tres meses, de manera persistente, alrededor de los cinco años de edad; “aunque desde los dos años se presenta el control, puede darse el caso de que aún mayores se orinen de forma ocasional”, indicó Ortiz León.

Entre las causas más comunes de este padecimiento se encuentran las relacionadas directamente con el desarrollo. Los músculos y los nervios de los niños se están desarrollando, por lo que es normal que puedan tener pérdidas de orina; sin embargo, al paso del tiempo irá mejorando su coordinación. De igual manera, los medicamentos, una vejiga hiperactiva, una infección urinaria o una incontinencia funcional provocada por una incapacidad para ir al baño, también pueden ser el origen.

Otra de las causas es que el sueño de los niños es más profundo que el de los adultos, por lo que no perciben la señal de que deben vaciar la vejiga. Asimismo, puede ser que la hormona antidiurética, que funciona durante la noche para controlar las ganas de orinar, se encuentre alterada por el mismo desarrollo de los niños.

El factor hereditario también es de gran importancia, porque un pequeño puede padecer enuresis si alguno de sus padres o ambos la ha sufrido. De ser así, lo mejor es platicarles que ellos pasaron por lo mismo, que se soluciona pronto, que no es nada malo, y que por lo tanto no debe avergonzarse.

Tratamiento

Este padecimiento se puede controlar, pero es necesario primero realizar una historia clínica, impartir psicoeducación sobre el trastorno, indicar modificación de hábitos y conducta, y sugerir un fármaco.

Asimismo, ayuda establecer reglas como la disminución de líquidos antes de ir a la cama, o levantar al pequeño cada cierto tiempo durante la noche, para obligarlo a que aprenda a vaciar su vejiga hasta que llegue la mañana siguiente. Se trata de un condicionamiento de la conducta y del establecimiento de hábitos, donde el infante aprenda a tener autocontrol y autorregulación, añadió la especialista.