Tus hijos reflejan tus pensamientos positivos

Todos los que somos padres sabemos que es una enorme alegría que envuelve y una gran responsabilidad, somos ejemplo y maestros de estos seres a los cuales amamos incondicionalmente y queremos lo mejor para ellos.

Nos preocupamos de todo y nos ocupamos de lo necesario. Nadie nos enseña a ser papás, tuvimos una gran emoción pero con muchos miedos. Los papás particularmente en relación a lo económico, y las mamás con relación a lo emocional.

Sabemos que cuando la mamá está gestando al bebé, lo que ella piensa, lo que come, lo que ella siente, etc., le llega al bebé, lo mismo que cuando esta lactando, y esto sigue así sobre todo los siete primeros años de su vida, en los cuales ella tiene un gran impacto en el niño.

Sus pensamientos negativos recurrentes los acaba captando el niño, y los manifiesta en síntomas. Son nuestros pensamientos inconscientes los que los niños acaban captando:

1. Se cree que de 0-7años, el 100% de lo que le pasa al niño son los pensamientos de su mamá.

2. De 7-14 años, son 75% los papás y 25 % el niño,

3. De 14-2, son el 50% y 50%

4. De 21 en adelante, él se causa solo.

Esto es para pararnos a reflexionar y entender que mis pensamientos, cuando mis hijos son pequeños, no sólo me afectan a mí. Nuestros hijos son nuestro claro reflejo; no podemos crear pensamientos positivos, atorarnos en emociones bajas y esperar que ellos sean sanos y felices.

Recordemos que es a través de nuestro ejemplo que somos maestros de nuestros hijos, muchas veces sin darnos cuenta les enseñamos a pensar, a reaccionar, a interpretar, llenándolos de ideas, creencias y prejuicios.

Si queremos hijos sanos y felices tenemos que ser papás sanos y felices, para que ellos copien el modelo.

Nuestros pensamientos positivos no sólo sirven como un ejemplo para nuestros hijos, sino que energéticamente causan un efecto en ellos cuando son pequeños, haciéndolos seres seguros, sanos y felices.

Al entender que mis pensamientos causan a mis hijos, lejos de sentir miedo, me da una gran seguridad entender que está en mí el que ellos estén bien. Recuerda que el mejor regalo que puedes darle a tus hijos es una mamá y un papá felices. ¡Bendiciones! Martha.

 

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