¿Tu sugestión te enferma?

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Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Debra/ escritora sobre la conexión entre el pensamiento, la espiritualidad y el bienestar

El estilo de vida saludable

30-06-2015

Vivir en una de las tres ciudades más grandes de Tennessee podría hacerte enfermar. Bueno… eso dice el reporte recientemente publicado por Asthma and Allergy Foundation of America Asthma Capitals 2015. De hecho, denomina a Memphis the Asthma Capital and Chattanooga la octava ciudad más desafiante de los Estados Unidos para personas con asma.  

 

Leer estadísticas como esta me hace querer preguntar: ¿Es el ambiente o es la sugestión de enfermedad lo que, de hecho, hace que las personas se enfermen?  

 

Digo esto porque yo solía ser asmática crónica. Cuando estaba en etapa de crecimiento todo lo que respiraba u olía podía producir un ataque. Llevaba conmigo un inhalador de acción rápida para aliviar los síntomas pero nunca estuve totalmente libre de ellos o del temor a tenerlos. Desde entonces me he convencido de que la condición misma fue resultado de lo que me habían enseñado acerca de mi medio ambiente y mi salud.   

  Todo está en tu mente…

 

Los investigadores del área de la salud están aprendiendo más cada día acerca del impacto que tiene la sugestión en nuestra salud. Pamela Dalton, científico principal en el Monell Chemical Senses Center en Philadelphia cree que las personas con asma probablemente tienen más riesgo de volverse hipervigilantes en todo momento, al punto de que el solo hecho de pensar en un olor “peligroso” en el ambiente puede provocar un ataque de asma.   

 

Dalton estudia cómo reaccionan las personas a los olores en su medio ambiente, y ha descubierto que la mayoría de ellas están muy influenciadas por la sugestión. En un estudio, a dos grupos de personas se les dio a oler lo mismo pero se les proporcionó información distinta sobre de qué se trataba.

 

Después de 15 minutos de aspirar el aroma, el grupo que pensaba que estaba oliendo un químico reportó sentirse mal. El grupo que pensó que estaba oliendo una planta se sintió relajado e, incluso, rejuvenecido. ¿Es tan fuerte el poder de la sugestión?

 

Investiguemos eso un poco más: en otro estudio interesante realizado por Dalton, 17 personas con asma crónica moderada fueron divididas en dos grupos. A ambos se les dio a oler la misma esencia pura de rosas durante 15 minutos. A un grupo se le dijo que podía ayudarlos a respirar mejor… y al otro, que podría provocarles problemas para respirar. ¿Qué ocurrió? 

 

Adivinaste. Al grupo al que se le dijo que “podrían respirar mejor” le gustó el olor y no tuvo ninguna reacción, y eso incluye que no hubo inflamación. El grupo al que se le mencionó que “podría provocarle problemas” dijo que los hizo sentirse mal y provocó inflamación en sus vías aéreas, misma que duró 24 horas.

 

Como resultado de sus propias investigaciones, observaciones y estudio de la Biblia, la sanadora cristiana Mary Baker Eddy adopta un punto de vista opuesto al de las altas esferas del mundo médico de su tiempo y del nuestro en lo referente a las creencias sobre el impacto del ambiente que nos rodea sobre nuestra salud.

 

Como la Biblia dice que Dios creó todo y vio que era bueno, Eddy razonó que cada creación en el universo debe existir en armonía con todas las demás creaciones, y, por tanto, es inofensiva para una y otras. 

En lo relacionado con las alergias y el asma, dijo: “¡Qué ultraje a la hermosura de la naturaleza decir que una rosa puede producir sufrimiento! El gozo de su presencia, su belleza y fragancia, debieran elevar el pensamiento y disipar cualquier sentido de temor o fiebre. Es profano imaginar que el perfume del trébol y el hálito del heno recién cortado puedan causar inflamación glandular, estornudos y punzadas nasales.” (Ciencia y Salud) 

 

La cita de Eddy me dio mucho que pensar durante una época en la que comencé a redefinir la forma como me veía a mí misma, a mi ambiente y a las enfermedades.

 

Al igual que quienes participaron en el estudio de Dalton, pude ver que había llegado a creer que la atmósfera y los olores en el Ohio Valley (y, posteriormente, en Tennessee) estaban  haciéndome susceptible al asma.

 

Cuando mi enfoque cambió de forma natural, la reacción de mi cuerpo al ambiente comenzó a disminuir.    

 

Los estudios sobre el poder de la sugestión para crear o empeorar las enfermedades ofrecen a quienes sufren de asma (y otras enfermedades) un vistazo a por qué es importante estar conscientes de lo que aceptamos en nuestro pensamiento.

 

Aprendí que el siguiente paso es razonarlo a nivel espiritual. Cuando lo hagamos, no importará en qué ciudad de Tennessee vivamos. Seremos libres de respirar el soplo del Todopoderoso. 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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