¿Tu hijo es adicto a la tecnología?

Hoy en día estamos a la espera de la creación de nuevas tecnologías que nos faciliten la vida; las cuales nos proporcionan un universo de múltiples estímulos visuales y auditivos, señala John Moreno, coordinador de Tecnología Educativa de Amco, líder en investigación, desarrollo e implementación de metodologías educativas.

Los niños usan la tecnología para socializar o divertirse, pero actualmente utilizan los dispositivos electrónicos para realizar tareas escolares, ya que algunas escuelas los han empleado como herramienta de aprendizaje, lo cual es muy positivo, porque permiten el aprendizaje de forma más significativa, motivadora y lúdica.

  ¿Bueno o malo, el uso de tecnología?

No obstante, cuando los niños invierten cada vez más tiempo en este tipo de actividades se puede convertir en una adicción, y el pequeño empieza a perder el control sobre ellas; comienza a usar los dispositivos electrónicos ya no  por placer, sino para buscar una reducción de la ansiedad que le genera el no utilizarlos.

Sin embargo, no siempre la utilización de estas herramientas se convierte en una adicción, sino que existen factores más allá de ello que determinan la calidad del uso y la generación propiamente de una adicción.

Por ejemplo, los niños que se han desarrollado en ambientes con poca comunicación  encuentran en las nuevas tecnologías un ambiente donde hay privacidad y confianza para expresar sus deseos y sentimientos, lo cual está ligado al nivel de autoestima del niño.

Esto no siempre es algo problemático, siempre y cuando se establezcan límites. En este sentido, el límite se cruza cuando el niño se hace dependiente y reduce su campo de obligaciones e intereses a causa del uso de estas nuevas tecnologías, convirtiéndose en algo adictivo que se adueña de su vida y no hay ninguna otra actividad que pueda ser gratificante para él.

  Identifica si es adicto…

Es por ello que los padres de familia deben identificar los síntomas que pueden indicarles una adicción, con el objetivo de intervenir “a tiempo”. Estos indicadores pueden ayudarte:

1. Siempre está el uso de la tecnología en un primer plano; todo lo demás pasa a segundo término.
2. Hace notar una separación física y comunicativa del resto de la familia; además, deja de respetar los horarios de descanso y comidas.
3. Cada vez que se aborda el tema del uso controlado de la tecnología, se muestra frustrado e incomprensible, se enoja fácilmente.
4. Utiliza la mentira para justificar su conducta adictiva.

El tratamiento de este tipo de situaciones varía dependiendo de cada niño pero siempre es importante abordarlo desde el niño mismo (reconociendo el problema), así como a nivel de familia y a nivel de pares (amigos del niño).

Asimismo, los padres de familia se deben involucrar en las actividades que tienen sus hijos mediante los dispositivos tecnológicos. Debemos recordar que la responsabilidad de lo que nuestros hijos hacen con el uso de la tecnología es nuestra también; por ello, debemos fomentar su uso bajo las políticas y reglas de convivencia necesarias para mantener conductas sanas a nivel personal y social.

Por su parte, los profesores pueden ayudar a evitar estas conductas adictivas en los niños, encauzándolos a usar los dispositivos electrónicos de manera responsable y útil y como fuente de conocimiento, para que el niño  incremente su inteligencia y mejore sus competencias en esta nueva era digital con el apoyo de metodologías educativas eficientes. 

Finalmente, si el problema ya está en una etapa avanzada, es importante buscar un profesional especializado en psicología infantil, concluye John Moreno, coordinador de Tecnología Educativa de Amco.