¿Tienes conciencia de la muerte?

A diferencia de otras épocas, en la actual se tiene más miedo a morir, asegura la maestra Guadalupe Medina Hernández, de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Esto es más constante cuando vivimos en grandes ciudades, pues cuando una persona cercana a nosotros va a morir, regularmente es atendida en un hospital y una vez que fallece es velada en una funeraria, lo que evita que las personas cercanas al finado puedan familiarizarse con su muerte.

En cambio, en el campo o en los pueblos al enfermo se le atiende en casa, sobre todo cuando está en una etapa terminal, y una vez que muere también es velado en dicho lugar.

  Asimilar la pérdida

La familia se encarga de arreglar el cuerpo y todo esto provoca que se familiaricen con dicha pérdida, desde los niños hasta los adultos, por lo que aprenden a no temerle tanto a este proceso.

Algunos fenómenos de las grandes ciudades que contribuyen a posponer la muerte son los cambios en la medicina y sus nuevos descubrimientos, así como la educación y la civilización en general.

Estos fenómenos nos llevan a que rechacemos todo lo que tenga que ver con muerte, como algo que no nos debe suceder. No podemos concebir e imaginar un verdadero final de nuestra vida o la de un ser querido.

Si acaso la vida tiene que acabar, pensamos, el final será atribuible a una intervención del mal que viene de afuera. Es decir, podemos imaginar la muerte, pero cuando nos matan, pues no podemos concebir morir por una causa natural o por vejez”, detalla la maestra universitaria.

Aunque intentemos evadir el tema, tarde o temprano lo vamos a enfrentar. Por ello, la especialista explioca que sólo podremos vivir realmente con conciencia si somos capaces de concebir la propia muerte.

De no ser por la conciencia de la muerte no estaríamos en condiciones de valorar la existencia humana y ésta adquiere mayor sentido en virtud de su limitación en tiempo y espacio.

La aceptación de la muerte tiene un significado muy importante, porque realza la vida y todo lo que una persona hace.

Si pudiéramos empezar a considerar la posibilidad de nuestra propia muerte, podríamos conseguir muchas cosas, como el bienestar de nuestra familia, seres queridos y el nuestro”.

Estás preparado para este proceso tan natural e inevitable. Hacerlo te ayuda a vivir mejor el presente.