¿Subirse a la montaña rusa afecta la salud?

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Las fuerzas generadas por una montaña rusa pueden hacer que la sangre no llegue al cerebro y puede causar desmayos, pero en general, esta fuerza no dura más de tres segundos.
J. Manuel Reyes

POR: J. Manuel Reyes

Editor de Salud180.com Aficionado a las nuevas ideas. Una palabra lo cambia todo.

28-02-2013

Las montañas rusas son una de las atracciones características de muchos parques de diversiones, las cuales datan ya de bastante tradición, pero que, pese a tener más de cien años desde su creación, constantemente ofrecen nuevas sensaciones y descargas de adrenalina y dopamina.

 

Las curvas cerradas, subidas, bajadas y la fuerte velocidad de las montañas rusas pueden provocar fuertes emociones, pero más de una persona termina con vértigo, mareo y hasta temor. De hecho, de acuerdo con el portal lasaludi.info, la ansiedad generada por este juego mecánico se conoce como veloxrotafobia.

 

Más allá de ser la montaña rusa una atracción divertida, que te libera de estrés por ser muy vertiginosa, su continuo uso o ciertos padecimiento pueden tener algunos efectos sobre la salud en general, aunque nada graves. De hecho, según diversos estudios de seguridad, es más factible un accidente aéreo que uno en la atracción.

 

Las fuerzas generadas por una montaña rusa pueden hacer que la sangre no llegue al cerebro y puede causar desmayos, pero en general, esta fuerza no dura más de tres segundos.

 

Subirse a la montaña rusa no daña el cerebro o la columna vertebral, es el resultado del estudio un grupo de investigadores de la Universidad de Pennsylvania, publicado en el Journal of Neurotrauma.

 

Tampoco hay riesgos a largo plazo asociados con la práctica frecuente, y la mayoría de los expertos coinciden en que la mayor preocupación tendría que ser la contractura temporal de los músculos y el dolor de cabeza o de cuello.

 

Al respecto, Douglas Smith, autor principal del estudio, explica que “la cantidad de aceleración rotacional necesaria para dañar al cerebro es 18 veces superior al máximo alcanzado en cualquier giro de una montaña rusa.”

 

Según los expertos, el origen de algunas lesiones puede estar en las altas velocidades y fuerzas gravitatorias (fuerzas G) que experimenta el usuario en las caídas, loopings (giros de casi 360º) e inversiones de las montañas rusas.

 

La fuerza G habitual que se alcanza en estas atracciones oscila entre los 2 G de las de madera y hasta 6,5 G en las de acero. Por ello es importante atender a las advertencias antes de subirse a las montañas rusas:

 

No apta para personas sometidas a cirugía reciente, que padezcan lesiones de espalda o cuello, ni para embarazadas ni para quienes sufran afecciones cardiacas, problemas de presión arterial o trastornos nerviosos.

 

Por su parte, un estudio del Henry Ford Hospital de Detroit, Estados Unidos, indica que una de las consecuencias al subirse a esta atracción, debido al cambio de presión, pueden ser  molestias, e incluso lesiones de oído.

 

Casi todo el mundo puede entonces disfrutar de las emociones que provocan las montañas rusas, pero como todo en la vida, se recomienda con cierta moderación, debido a que la respuesta a las sustancias a las que se está expuesto durante el juego, son similares a las que genera la cocaína, por eso puede ser adictiva, explica Brendan Walker, ingeniero aeronáutico y experto en emociones.

 

 

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