¿Por qué o por quién suspiras?

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Frente a emociones muy fuertes, el organismo produce adrenalina y norepinefrina, y los pulmones se llenan de aire como si fueras a correr; sin embargo, si te quedas quieto y no se exhala el aire, es entonces, cuando suspiramos, que se elimina. Fuente: Photos.com
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: J. Manuel Reyes

Editor de Salud180.com Aficionado a las nuevas ideas. Una palabra lo cambia todo.

17-04-2013

Frente a emociones muy fuertes, el organismo produce adrenalina y norepinefrina, los pulmones se llenan de aire como si fueras a correr; sin embargo, si te quedas quieto y no se exhala el aire, es entonces, cuando suspiramos, que se elimina.

Aumentar el volumen de aire y hacerlo con más frecuencia puede ocasionar que la persona llegue a hiperventilar, eliminando los niveles de dióxido de carbono. Por el contrario, disminuirlo provoca que se cierren los vasos sanguíneos, reduciendo la circulación al cerebro, rostro, brazos y piernas, además, produce su adormecimiento.

Suspiramos cuando existen problemas respiratorios, en especial frente a todas aquellas condiciones que contribuyen a que los alveolos se “desinflen” más rápido, como las infecciones, neumonías o insuficiencia cardiaca, lo que provoca que los pulmones se llenen de líquido.

 

En este sentido, suspirar pudiera ser signo de disnea que, a su vez, con frecuencia es uno de los síntomas iniciales de una cardiopatía. La dificultad y necesidad de una mayor frecuencia respiratoria obedecen a dicho síntoma, por lo que una de las conductas predecibles es un exceso de suspiros, en este caso.

 

Debido a que éste es un síntoma inespecífico, es necesaria la evaluación de un especialista cuando se presentan varios episodios o aumenta la frecuencia de los suspiros, para descartar la naturaleza y causas de los mismos. No obstante, siempre es importante considerarlos como un signo de atención cuando se tiene antecedentes de enfermedades cardiorrespiratorias.

 

Por otra parte, de acuerdo con un estudio del psicólogo noruego Karl Halvor Teigen, de la Universidad de Oslo, cuando suspiramos generalmente suele asociarse con emociones negativas, como insatisfacción, aburrimiento, disgusto, tristeza o de darse por vencido.

 

En ciertas ocasiones, como en el caso del llamado suspiro por amor, dejamos de respirar sin darnos cuenta y el corazón late más rápido por la emoción que causa la presencia de la otra persona, por lo que necesitamos más oxígeno para “repartir” al cerebro, y la manera de proveerlo es suspirando.

 

Se sabe que cuando suspiramos se puede alivia el estrés y, en casos específicos, sirve para relajar los músculos después de un esfuerzo físico o mental pronunciados.

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