Lo que más estresa de vivir en las ciudades

Para algunas personas vivir en grandes ciudades es motivo de estrés. Largos recorridos del hogar al trabajo, el ruido de los carros o la cantidad de personas que viajan a nuestro lado en el transporte público son situaciones realmente estresantes e intolerables.

No todos reaccionamos de igual manera a los estresores urbanos. Algunos incluso llegan a disfrutar vivir en pequeños lugares con muchas personas y otros no lo soportarían.

  ¿Cómo responde cada persona ante estos estímulos?

El maestro Javier Urbina Soria, de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que el estrés ambiental urbano es provocado por las condiciones de vida de las grandes ciudades.

Los habitantes del Distrito Federal, por ejemplo, están expuestos a estresores como las vías de transporte congestionadas, la contaminación atmosférica y visual, el ruido, el hacinamiento (exceso de personas en un lugar) y las construcciones mal planeadas".

¿Cómo responde cada persona ante estos estímulos? Esto depende de factores tan diversos como los valores que le fueron inculcados a cada individuo, sus costumbres de interacción y su capacidad de adaptación.

El sicólogo explicó que existen situaciones que afectan a las personas, pero algunas logran adaptarse a ellas y no se sienten irritadas. En otros casos, la exposición constante a un estresor puede provocar daños físicos.

Por ejemplo, hay quienes reaccionan con la disminución de la capacidad auditiva al estar bajo la influencia de ruidos intensos, o afectación en el sistema respiratorio debido a la contaminación atmosférica.

Varios de estos factores forman parte del día a día en las grandes ciudades, pero cada persona responderá con estrés o no a ellos, dependiendo de las circunstancias y de la valoración que el individuo le asigne.

Una persona experimenta estrés como un mecanismo natural del organismo humano para reaccionar ante hechos potencialmente peligrosos. Algunos de los factores que lo provocan son los problemas económicos o de pareja, el fracaso laboral o una mala relación familiar.

A estos se suma que vivir en una gran ciudad nos expone a estímulos que también provocan esta reacción y generalmente nos percatamos de este efecto cuando ya no estamos en condiciones de tolerarlo.

Para sobrellevar esta situación, se recomienda realizar actividades placenteras o de relajación, así como tener un descanso de calidad. Con estas acciones, tu estancia en las grandes urbes será más relajada.