¿Lo permites o lo provocas?

Compartir en Instagram se abrirá una nueva ventana
Guardar en Favoritos
Guardar en Favoritos
Es definitivo que gran parte de las situaciones que nos pasan, las permitimos o las provocamos y es precisamente esta primicia, la que le da significado a la aceptación de nuestra responsabilidad de nuestros actos para con los demás/ Fuente: Photos.com
César Lozano/ Difusión Cultural

POR: César Lozano/ Difusión Cultural

El estilo de vida saludable

30-04-2013

“No sé por qué me prende la ineptitud de la gente con la que trabajo”, “cada vez me asombra el evitar preocuparme por pensar que el mañana siempre será peor”, frecuentemente escucho frases como éstas que demuestran la actitud ante la vida.

 

Además estas palabras me ayudan a entender el concepto que hace un tiempo compartió conmigo Leticia García, experta en logoterapia, sintetiza en una frase las posibles situaciones por las que atravesamos en la vida y es: “Mucho de lo que me pasa, lo permito o lo provoco”.

 

Debo reconocer que en un principio tras escucharla,  no acepté este concepto, ya que en ese momento vinieron a mi mente sucesos donde no tuve una injerencia directa y pude haber sido víctima de decisiones o acciones de terceras personas.

 

Individuos que sin miramientos actuaron de determinada manera, ante lo cual pensé: “ni lo permití, ni lo provoqué”; sin embargo, la forma de reaccionar ante lo que me ocurrió sí dependía completamente de mí.

 

Nos permitimos sentir abatimiento cuando las cosas no salen como lo esperamos y repartimos culpas, cuando olvidamos que la gente que nos rodea no piensa ni reacciona igual que nosotros.

 

Todos tienen su ritmo de vida y su historia, que los hacen actuar de cierta manera. Permitimos agobiarnos por algún asunto difícil, en vez de cambiar la palabra problema por la  de prueba o aprendizaje.

 

Consentimos comentarios de personas que actúan sin prudencia ni conocimiento de lo que hablan, aunque nos hagan sentir mal, y muchas de esas reacciones pueden estar fundamentadas en un sentimiento de envidia o incluso, de inferioridad.

  Responsabilidad personal

Tal vez, has permitido que sucesos que no dependen de ti, te agobien de tal forma que pierdas la fe o la esperanza, sin pensar que tarde o temprano aquello que te preocupa pasará y será para bien.

 

No falta alguien que, por el excesivo amor que siente hacia alguien, se ciegue a tal grado que permita faltas a la integridad que afecte su autoestima.

 

Algunas veces provocamos algún tipo de agresiones de quienes nos rodean por la imprudencia o el poco tacto que tenemos al expresar lo que pensamos o sentimos.

 

Por eso es muy saludable hacernos la siguiente pregunta, ¿qué mensajes estoy enviando con mi forma de ser, mi comportamiento o mis expresiones verbales, para que la gente me trate de esta forma?

 

Es definitivo que gran parte de las situaciones que nos pasan, las permitimos o las provocamos y es precisamente esta primicia, la que le da significado a la  aceptación de nuestra responsabilidad de nuestros actos para con los demás.

 

No pretendas buscar culpables de todo lo que te pasa, porque lo único que logras con esto, es llenar tu corazón de grandes dosis de resentimiento, coraje y frustración.

 

Es muy fácil provocar pensamientos que fomenten emociones negativas, las cuales finalmente se  convierten en actos nocivos. Los pensamientos dependen única y exclusivamente de cada uno de nosotros, y somos nosotros quienes permitimos o no el acceso de ellos a la mente.

“La prudencia empodera tus palabras”. Si deseas conocer más información escribe a bojorge@teleton.org.mx.

 

*Médico César Lozano, conferencista internacional y conductor de radio y televisión.

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

Compartir en Instagram se abrirá una nueva ventana
Guardar en Favoritos
Guardar en Favoritos
Lo que pasa en la red