¿La violencia se aprende?

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El primer paso es que los niños adquieran habilidades de interacción social; el segundo, que aprendan a resolver conflictos; y el tercero, que sepan autorregularse, es decir solucionar conflictos sin ayuda de los adultos. Cortesía Getty
Divulgación de la Ciencia de la UNAM. Colaborador

POR: Divulgación de la Ciencia de la UNAM. Colaborador

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24-07-2015

Los videojuegos y caricaturas con alto contenido de violencia sí tienen un impacto, sobre todo si el espectador es un niño menor de ocho años.

 

En esta etapa de la vida, el ser humano tiende a imitar lo que ve, además sus conexiones neuronales están en pleno desarrollo.

 

La exposición a la violencia durante la infancia tiene severas consecuencias debido a que los pequeños aprenden de su entorno, afirmó la doctora Lizbeth Vega Pérez, investigadora del área de Psicología Educativa y del Desarrollo en la División de Investigación y Posgrado de la Facultad de Psicología de la UNAM.

  ¡Que no marque su vida!

 

Los niños no nacen violentos, aprenden a serlo. “Básicamente aprenden por imitación; si ellos observan que los adultos importantes para ellos, como sus papás y hermanos, actúan de manera violenta, tienden a imitar esas conductas”.

 

La edad preescolar es el momento ideal para trabajar de manera preventiva y evitar que los infantes tengan conductas agresivas, como dar manotazos o arrebatar las cosas. Se busca que aprendan a negociar y a respetar los derechos de los demás.

 

Al interactuar con otros pequeños fuera de su círculo familiar aprenden a compartir, cooperar, integrarse e ir formando habilidades básicas de interacción social para así ir modelando su conducta.

 

La doctora Lizbeth Vega argumenta que los infantes deben encontrar por sí mismos la solución a los conflictos sin tener que recurrir a la violencia. Los adultos deben orientarlos a que se hagan conscientes de los problemas con sus pares, de los sentimientos que experimentan y a que ellos mismos propongan un modo adecuado de solucionarlos.

 

El primer paso es que los niños adquieran habilidades de interacción social; el segundo, que aprendan a resolver conflictos; y el tercero, que sepan autorregularse, es decir solucionar conflictos sin ayuda de los adultos”, recomendó.

 

La sicóloga Vega ha probado estas estrategias en preescolares y estancias infantiles con maestros y padres de familia, así ha observado que en la medida en que los menores adquieran habilidades más apropiadas para interactuar, es menos probable que desarrollen conductas violentas.

 

 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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