Estrés es DETERMINANTE para desarrollar cáncer

Compartir en Instagram se abrirá una nueva ventana
Guardar en Favoritos
Guardar en Favoritos
El estrés junto a una mala alimentación y la falta de ejercicio puede potenciar el cáncer. Cortesía: Getty Images
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Salud180.com

Somos el sitio líder de estilo de vida en México y América Latina. Sumamos a los mejores expertos, para mejorar tu calidad de vida.

26-08-2015

El estrés es uno de los factores que facilita la aparición del cáncer ya que debilita el sistema inmune haciéndonos más vulnerables a los tumores, según muestran varios estudios.  La relación que hay entre el cáncer y el estrés independientemente de que sea un cáncer de mama, de próstata, colon, páncreas o estómago… se sabe que es total y que a niveles más bajos de estrés se consigue afrontar la enfermedad en muchas mejores condiciones y también evitarla en mayor medida.

 

No hace falta vivir solo situaciones desagradables para tener estrés, porque sin ir más lejos el nacimiento de un hijo puede provocarlo, y no es un acontecimiento precisamente desagradable, sino todo lo contrario.

 

estrés y cáncer

 

Relación entre estrés y cáncer

 

El organismo responde al estrés de diferentes formas, que en un principio incluso pueden ser beneficiosas para nosotros, pero cuando este se mantiene a lo largo del tiempo puede producir alteraciones tanto físicas como psicológicas.

 

Las respuestas que solemos tener frente al estrés son las de sentir emociones como miedo, tristeza, negatividad, tristeza, dolor de cabeza o tensión muscular.

 

A priori, este tipo de respuestas es algo normal ya que permiten que el organismo se adapte al estrés. Pero cuando esas respuestas se prolongan demasiado en el tiempo comienzan a aparecer problemas de adaptación que impiden respuestas eficientes del organismo, produciendo alteraciones fisiológicas como el cansancio físico y debilitando las defensas haciéndonos más vulnerables a las enfermedades.

 

Cuando se padece cáncer, el estrés lo que hace es producir al paciente una mayor resistencia a los tratamientos, mayor dificultad de adaptación a ellos y mayores sensaciones de dolor.

 

El estrés en los distintos tipos de cáncer

 

Un estudio del estrés y el cáncer de colon indicó que las personas que habían sufrido estrés laboral, durante diez años o más, tenían hasta 5 veces más riesgo de padecer este tipo de cáncer que otro grupo de personas que no habían tenido estrés ni problemas en su trabajo. Ambos grupos, vale aclarar, llevaron la misma alimentación.

 

Un estudio con ratas del estrés y el deterioro celular determinó que cuando se las sometió a algunos tipos de agentes estresantes experimentaban cambios en los genes de las células del hígado, que a la postre derivarían en células cancerosas.

 

El estrés es un factor importante para la salud del sistema inmune y se conoce que estar sometido a estrés reduce su capacidad defensiva.

 

Un fuerte sistema inmunológico es vital para no facilitar un medio en que el cáncer se pueda desarrollar, y además se ha podido observar que los pacientes de cáncer que tienen un buen apoyo emocional y bajos niveles de estrés llevan una vida mucho mejor, aun cuando se tratan de enfermos terminales de cáncer, y en muchos casos se aumentan mucho las probabilidades de sobrevivir a la enfermedad.

 

Relación entre cáncer y estrés

 

Es evidente que el cáncer puede suponer una situación grande de estrés para las personas, ya que supone enfrentarse a una grave enfermedad para la que probablemente uno no esté mentalmente preparado.

 

En nuestro sistema inmune existen unas células encargadas de eliminar las células cancerígenas que dan lugar a los tumores.

 

Cuando una persona está estresada el número de células de este tipo disminuye, puesto que el organismo comienza a generar hormonas corticoides para defender al cuerpo frente a cualquier amenaza.

 

La relación entre estrés y cáncer está por lo tanto comprobada, y no es algo que sea para llevarse las manos a la cabeza, ni mucho menos, pues sabemos el claro vínculo que hay entre las emociones y las enfermedades.

 

Cuando pasa este en periodos de tiempo cortos no supone un peligro, ya que cuando desaparece el factor estresante disminuye el nivel de corticoides producido por el organismo, y vuelve a aumentar el de las células NK, que son las encargadas de acabar con las células cancerosas; pero cuando el estrés se alarga en el tiempo, aumenta el riesgo de padecer cáncer ya que no hay suficientes células NK como para identificar a las células tumorosas.

 

Cuando una persona ya tiene cáncer, estar sometido a grandes periodos de estrés, hace que se puedan desarrollar metástasis en otras partes del cuerpo, haciendo que la resistencia del cuerpo a los tratamientos se vea reducida y favoreciendo el desarrollo de la enfermedad.

 

Cómo afrontar el estrés

 

Llevar un estilo de vida saludable fortalece el sistema inmunológico, haciendo mucho más fácil que el cáncer en el cuerpo pueda por sí mismo acabar con las células cancerígenas.

 

Para disminuir el nivel de estrés es bueno practicar relajación, meditación y ejercicio físico con lo que se lograrán resultados efectivos.

 

Por otro lado la meditación está comprobado que tiene efectos muy positivos, no solo para reducir el estrés, sino también para mejorar el autoestima, corregir conflictos emocionales que hayan podido quedar grabados en el subconsciente y en definitiva a que tengamos más vitalidad; esto a buen seguro va a repercutir muy a nuestro favor para evitar cualquier tipo de enfermedad.

 

El ejercicio físico por su otro lado reduce notablemente los niveles de ansiedad y de estrés, haciendo que nuestras defensas se vean fortalecidas y produciendo la oxigenación en nuestro cuerpo, algo fundamental para evitar el cáncer.

 

Estrés y acidosis

 

Sabemos que la causa de la aparición del cáncer es la acidez de la sangre y el organismo, y que en un medio alcalino el cáncer no puede sobrevivir. El estrés es uno de los factores que producen acidez en el organismo y de ahí que sea muy importante mantenerlo a raya siempre que podamos.

 

Tener una vida con mucho estrés, seguir una alimentación ácida y no practicar ejercicio físico unido a un mal estado emocional, es poner todo a favor de la aparición de cáncer en nuestro organismo.

 

Lo opuesto es seguir una alimentación alcalina, controlar lo más posible el estrés mediante prácticas saludables como la relajación, le meditación y el ejercicio, y mantener un pensamiento positivo a pesar de las adversidades.

 

 

Compartir en Instagram se abrirá una nueva ventana
Guardar en Favoritos
Guardar en Favoritos
Lo que pasa en la red