¿Eres adicto a las e-drugs?

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¿Sabes qué son las e-drugs?
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POR: ActitudFem

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15-01-2015

¿Qué son las e-drugs? Descubre cómo surgen y de qué trata el tema.

 

Si aún no sabes qué son las e-drugs, prepárate para vivir una nueva experiencia. Las famosas drogas digitales se deben consumir en sesiones de 15 a 30 minutos con auriculares y un ambiente relajado. Dicen que la experiencia es fenomenal. Se les conoce como e-drugs, o drogas digitales sonoras, un fenómeno originado en Estados Unidos que se ha expandido rápidamente gracias a los sectores más jóvenes que desean vivir nuevas experiencias en las redes sociales.

 

De acuerdo con el Dr. Javier Montero Jiménez, especialista en medicina interna del Hospital USP San Camilo de Madrid (España), “las e-drugs pretenden una experiencia psicosonora propiciada por la escucha, mediante auriculares, de determinadas pistas sonoras que emplean una frecuencia distinta en cada oído, lo que podría producir en el cerebro humano múltiples experiencias sensoriales de diferente índole, no sólo agradables”.

 

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  Lo que de verdad ocurre

 

Estas nuevas drogas sonoras, “mitad mercadotecnia, mitad experiencia psicoacústica”, buscan validar el hecho de que “un mismo sonido percibido en cada oído con una diferente frecuencia (sonidos binaurales) puede inducir la aparición en el cerebro humano de un mayor número de ondas alfa y beta que se relacionan con los estados mentales de relajación y aumento de la concentración”, explica.

 

En opinión del experto, el único fundamento médico “se sustenta en el hecho de que los sonidos binaurales se han pretendido utilizar con finalidad terapéutica en pacientes diagnosticados de autismo, pero su efectividad no está suficientemente contrastada. La mercadotecnia proviene de que estas e-drugs se encuentran a la venta de forma legal en multitud de páginas web como material de descarga”.

  ¿Se podrían considerar como drogas?

 

Para el Dr. Facund Fora, del centro médico Teknon de Barcelona, no está muy claro si realmente se trata de drogas digitales. “No hay duda de que determinadas estimulaciones auditivas inducen cambios emocionales. ¿Quién no se ha extasiado oyendo una determinada música o se ha relajado con sonidos de la naturaleza, como el murmullo del agua o el canto de los pájaros?”, señala.

 

Es verdad que las marchas militares exaltan el ánimo de los soldados y las marchas fúnebres nos acompañan en el dolor de una pérdida. Desde hace cientos de años, se sabe que, por ejemplo, los chamanes son capaces de provocar verdaderas alteraciones de conciencia a base de sonidos rítmicos y repetitivos. Por ello, agrega, “no hay nada nuevo en el hecho de presentar determinados sonidos como capaces de provocar distintas sensaciones anímicas. Lo que las drogas auditivas o digitales nos plantean como novedoso es el uso de las distintas frecuencias para cada oído y la pretendida imitación de los efectos causados por diversas sustancias psicoactivas (alcohol, cocaína, heroína, LSD, etcétera)”.

  ¿Pueden tener los mismos efectos que una sustancia?

 

En su opinión, “si las ondas cerebrales asociadas a los sonidos binaurales actúan sobre los neurotransmisores y circuitos cerebrales, es algo que ahora no sabemos”. El Dr. Fora añade que “si no lo hicieran, su efecto no iría mucho más allá del que nos puede proporcionar cualquier estímulo sonoro. En el caso de que sí actuaran y lo hicieran con cierta intensidad, se comportarían como un estímulo adictivo, con todo lo que ello implica: aparición de tolerancia, necesidad de aumentar las dosis y sintomatología de abstinencia”.

 

Por todo ello, afirma que, “a falta de estudios fiables, los testimonios de los primeros consumidores son de lo más variado, entre los que afirman haber cumplido sus expectativas (los menos) y los que sólo han logrado acabar con dolor de cabeza por lo repetitivo del sonido (los más)”. En cuanto al riesgo, por si acaso, sugiere evitarlos si existen antecedentes de epilepsia o antecedentes psiquiátricos.

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