Disfruta de tus “garnachas” preferidas con estos tips

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Garnachas mexicanas.Cortesía Getty
Diana Oliva

POR: Diana Oliva

Estudió periodismo en la FCPyS. Es aficionada a la literatura clásica y su mayor pasión son los perros.

11-02-2016

¡Pásele güera! De qué le sirvo, hay de pastor, suadero, longaniza...

 

Con su aroma y color, las garnachas mexicanas le ofrecen al transeúnte nacional y extranjero una opción alimenticia económica, deliciosa y saciante; aunque en ocasiones su aporte calórico puede superar lo recomendable.

 

Sin embargo, es casi imposible excluir su presencia de la dieta, debido a que forma parte de nuestra identidad e historia como país.

 

El término garnacha proviene de España, y en México, principalmente en Oaxaca se adoptó para nombrar así a un platillo compuesto por tortilla, carne deshebrada y crema. Sin embargo, actualmente su uso se ha diversificado y sirve para hablar de tacos, tortas, gorditas, tostadas…”, así lo describe en entrevista, Ana María González, nutrióloga certificada del Colegio Mexicano de Nutriólogos.

 

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  ¡Están para chuparse los dedos!

 

No existe alimento bueno ni malo, pero en el caso de las garnachas mexicanas, lo variable de su preparación incrementa su porcentaje de grasa  (lo saludables es no más de 10% de grasa saturada).

 

 

Esto origina que expertos e instituciones limiten su ingesta, aunque para un mexicano esto es imposible. Razón por lo que la nutrióloga González te da algunas recomendaciones para reducir la grasa de estas comidas:

 

1. Dile no a las opciones fritas: Puedes optar por un taco de carnitas (maciza) o una taza de pozole (este solo tiene 5 gramos de grasa).

 

2. Si vas a comer chilaquiles pregunta si en el lugar tienen la opción de totopos horneados.

 

3. En lugar de freír tu quesadilla o huarache pide que las pongan  a dorar en el comal sin aceite.

 

4. Cuida la cantidad de queso y crema. Solo coloca a tu platillo una cucharada de crema.

 

5. En el caso de torta pídela sin mantequilla ni mayonesa.

 

6. Evita que tu garnacha tenga más de un embutido.

 

7. Al elegir una salsa opta por la cruda.

 

8. Realiza combinaciones inteligentes. Si en el desayuno vas a comer un  huarache con un vaso de jugo de naranja, en la cena come ligero, una ensalada de preferencia.

 

9. Después de comer trata de realizar una caminata de por lo menos media hora.

 

10. Divide la porción de tu alimento con tu compañero o pareja.

 

Para que evites caer en un desequilibrio, a tu garnacha agrégale una porción de verdura: nopales o quelites. Esto además de proporcionarte nutrientes mejora el proceso digestivo”, señala Ana María.

 

Recuerda, no le tengas miedo a lo que comes, disfrútalo, pero siempre sé consciente de cuánto comes y que tan balanceada fue tu comida ese día. 

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