Clave para encontrar la felicidad

¿Cómo encontrar la felicidad? Es una pregunta sencilla que nosotros mismos podemos responder, sin embargo, algunas situaciones no nos dejan ver más allá de las emociones que sentimos en ese momento.

Habrá que encontrar a la felicidad, la que se esconde en la búsqueda. Esa que se asoma con rostro distinto al que esperamos reconocer. Detectarla, abrazarla y tenerla para sí.

Una buena opción es viajar a la niñez para traer a la vida adulta la tierna ansiedad de no querer que el día termine, que el sol no se esconda y siga ardiendo en nuestra espalda.

Que el calor de la alegría encienda el ánimo que genera el goce de querer vivir. Del gusto por amar, del placer de disfrutar algo por pequeño que sea o parezca.

Una taza de té, una bocanada de humo, una sonrisa lejana, una cabellera domada por el viento, así como pedalear una bicicleta, caminar sobre banquetas planas o recostar la cabeza y descansar.

La felicidad no está en la búsqueda sino el hallazgo, es decir, en la capacidad de descifrar dónde se encuentra: En la quietud o el movimiento de los pasos, en la risa de un hijo o la llamada de una madre preguntando: ¿qué tal va tu vida?

Así como vivir amando, procurándole ternura al universo, al acariciar antes de quedarnos dormidos o al hallar la musicalidad del agua al correr.

Para ser feliz habrá que ser capaz de mirar más allá del tono gris de la bruma nostálgica y monótona que disfraza a la alegría. Esa crueldad que cubre al amor como si fuera inmerecido.

En ti está la clave para disfrutar al máximo de la vida y la felicidad, no busques en los demás, busca en tu interior y descubre toda tu energía positiva que te hará disfrutar de cada instante. ¡No lo desaproveches!