Antivenenos de alta eficiencia

La picadura de alacrán peligroso es frecuente en México; a escala mundial es el país que registra el mayor número de personas afectadas, aproximadamente 250 mil cada año.

Especialistas de la UNAM y empresarios farmacéuticos mexicanos trabajan para mejorar y desarrollar novedosos antídotos para reducir la mortalidad y el sufrimiento de las víctimas de picaduras de alacrán, arañas y serpientes.

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La ponzoña de estos animales puede dañar el sistema nervioso central de sus presas, o bien destruir células y tejidos, además de provocar gangrena. Pero los efectos tóxicos pueden neutralizarse con la inyección de un antiveneno, que como su nombre lo indica, es un compuesto con el poder de paralizar los efectos de la secreción tóxica del animal.

En un principio dichos antídotos eran producidos a partir de anticuerpos de caballos; pero a pesar de que resultaban efectivos, generaban alergias y reacciones en las personas, por lo que era común la resistencia a utilizarlos.

  ¡Nuevas alternativas que alargan tu vida!

La necesidad de alternativas más seguras llevó a la compañía mexicana Bioclon -el fabricante más importante de antivenenos a nivel mundial- a unir esfuerzos con  investigadores del Instituto de Biotecnología (IBT) de la UNAM. El objetivo: producir la última generación de antivenenos llamados faboterápicos.

Los anticuerpos de los caballos siguen siendo la materia prima original de estos antivenenos, comentó Alejandro Alagón del departamento de Medicina Molecular y Bioprocesos del IBT. “Sin embargo, la diferencia es que por medio de técnicas biotecnológicas podemos retirar un fragmento de las inmunoglobulinas y purificarlas; de esta forma reducimos significativamente los efectos colaterales”.

Las percepciones negativas quedaron atrás: los faboterápicos producidos en México están incluidos en el cuadro básico de medicamentos del Sector Salud; se exportan a países de Centro y Sudamérica, y los investigadores ya realizan estudios clínicos para su venta en Estados Unidos.