Más infartos por contaminación de ozono

Ante una mayor contaminación por ozono en el Distrito Federal, se corre el riesgo de que se incremente el número de infartos al miocardio o isquemia cerebral entre los habitantes de la ciudad de México, advirtió Guadalupe Cleva Villanueva López, investigadora de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional IPN)

Cleva Villanueva, explicó que  el ozono  daña al endotelio, que es un tipo de tejido que reviste internamente a varios órganos como el corazón, por lo que analiza el efecto de la exposición a ozono en la función endotelial, para determinar hasta dónde existe una asociación de este contaminante ambiental con la ocurrencia del infarto al miocardio.

La profesora Cleva Villanueva comentó que en los países donde se registran altos índices de contaminación ambiental, se presenta un ingreso mayor de personas a los servicios de urgencias, no sólo por alteraciones respiratorias, sino por eventos cardiovasculares, como el infarto al miocardio o isquemia cerebral.

 Al respecto, comentó: “Es preciso analizar en qué medida en el Distrito Federal, la población podría verse en riesgo de padecer estos problemas de salud, ante un evento de alta concentración de contaminantes, especialmente de ozono. Es de suma importancia descubrir hasta dónde el ozono interviene en la exacerbación de males cardiovasculares, puesto que en México dichos padecimientos ocupan el segundo lugar como causa de mortalidad, después de la diabetes”.

Agregó que su equipo de trabajo realiza estudios en ratas, las cuales han sido sometidas a condiciones variables de actividad y presencia de ozono, para conocer la reacción en su organismo. “De ahí se pudo conocer que efectivamente el ozono altera la función endotelial”.

Como parte de la línea de investigación, comentó la académica politécnica, se exploró el efecto de la exposición de ozono en personas que realizan ejercicio, por lo que se expuso a grupos de ratas a nadar bajo presencia de ozono; otras nadaban sin ozono; otras más no nadaban pero estaban bajo ozono.

Los resultados indicaron que los animales expuestos a ozono tenían alteraciones, pero continuaban con vida después de cuatro semanas. En comparación, las ratas expuestas a ozono y que nadaban no podían continuar bajo dichas condiciones más allá de cuatro semanas y morían durante el ejercicio o con posterioridad a él.

Lo anterior indica que será necesario profundizar sobre el efecto del estrés oxidativo, que se produce benéficamente tras la realización del ejercicio, más en el experimento con animales se detectó que la defensa antioxidante endógena se pudo haber agotado y por ello no sobrevivieron las ratas.