Duelo genera depresión y negación

Ante la pérdida de un ser querido (amigo, pareja o familiar) se vive el duelo, el cual es una reacción emocional, generalmente acompañada por distintos sentimientos como tristeza, ira, negación, culpa, depresión, entre otros.

Cada persona vive de manera diferente este proceso. Existen individuos a los que se les dificulta la aceptación o asimilación de dicha etapa; en contraste, otros superan con rapidez este ciclo.

No obstante, es buena opción recurrir a ayuda profesional y de sanación como la tanatología, para hacer menos doloroso este periodo, en el que tienes una retrospección hacia el pasado. Probablemente lo que sufres en ese momento es la suma o acumulación de vivencias no resueltas.

Los cuestionamientos más comunes que suelen escucharse frente a la pérdida de un familiar o amigo son: “si yo hubiera hecho”, “¿por qué no hable con ella?” o “¿por qué no lo escuché?”

Por ello, a través de terapias, meditación, ejercicios de respiración y pláticas individuales o grupales, el doliente expone sus sentimientos y hace menos tormentosa la partida de su ser querido.

Además, el área tanatológica no sólo se ocupa del duelo por el fallecimiento de un ser humano, también se encarga del proceso de pérdida, ya sea por accidente o mutilación, de una extremidad (brazo, dedos, pierna o mano, entre otras). También comprende el deceso de mascotas, el suicidio, muerte por enfermedad en fase terminal, el secuestro o la pérdida laboral.