Déficit de atención desde los 4 años

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es una condición biológica del comportamiento, que afecta entre un 3% y 5% de los niños en edad escolar; es decir, alrededor de 1.5 millones de menores en nuestro país registran este problema, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Orientación Vocacional y profesional (IMOVO).

Este padecimiento es diagnosticado, regularmente, entre los seis y 12 años de edad; sin embargo, con los nuevos lineamientos de la Academia Americana de Pediatría se amplía el rango de edad para su diagnóstico y tratamiento, entre los cuatro y 18 años.

Según datos publicados por CNN.com, el informe indica  que “el médico de atención primaria debería iniciar una evaluación para el TDAH en cualquier niño de cuatro a 18 años de edad, que presente problemas académicos o de comportamiento, así como síntomas de falta de atención, hiperactividad o impulsividad”.

Jonathan Posner, profesor asistente de Psiquiatría Clínica en la Escuela Médica de la Universidad de Columbia, explica que el método recomendado por la Academia Americana de Pediatría para atender a los preescolares es realizar intervenciones conductuales como: el entrenamiento para padres (para que aprendan a ofrecer refuerzos positivos) y ayudar al menor a organizarse.

En caso de que no presente mejoría con dichas técnicas, y el niño tiene síntomas de moderados a severos, puede utilizarse medicamentos estimulantes, recomendados adecuadamente por un médico.

El TDAH registra un conjunto de síntomas que representan problemas de emoción, regulación y atención. Los expertos aseguran que es importante dar tratamiento temprano a los niños.

Además, los expertos señalan que, en algunos casos, el trastorno aumenta el riesgo de abuso de sustancias entre los adolescentes, sobre todo cuando no se recibe tratamiento, así como la probabilidad de registrar ansiedad. En el siguiente video, se explica en qué consiste el Trastorno por Déficit de Atención.

Recuerda acudir al médico si observas que tu hijo pospone sus actividades frecuentemente, se distrae fácilmente, tiene somnolencia diurna y se frustra fácilmente.

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