Crítica, camino a la perfección

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Personas discutiendo
Para no sufrir desencantos a la menor provocación hay que aprender entre una crítica y una opinión personal, pues la primera estará basada en la experiencia y el conocimiento, en tanto que una opinión descansa en las preferencias y puntos de vista individuales/ Fuente: Photos.com
Difusión Cultural de Fundación Teletón. Colaborador

POR: Difusión Cultural de Fundación Teletón. Colaborador

Difusión Cultural de Fundación Teletón México, da información útil sobre la discapacidad, cáncer, autismo y vivencia de los valores humanos

18-06-2013

¿Cuánto toleras que los demás expresen su opinión sobre tu trabajo?, ¿acaso la crítica constructiva existe?

En un curso impartido por el afamado director de cine Guillermo Arriaga Jordán, explicaba que con mucha frecuencia, aspirantes a escritores, les hacían llegar sus trabajos con el objetivo de que los leyera y omitiera su crítica, lo cual siempre realiza de buena gana.

Sin embargo, el problema decía, es que “cuando yo señalo las fallas o inconsistencias del texto y se lo hago saber al autor, no solamente se molesta sino que se crea una imagen negativa de mí”, compartía Arriaga.

No se trata de casos aislados o propios de un ambiente laboral en particular, todo mundo, sin importar a lo que nos dediquemos estamos expuestos a dejar nuestro desempeño a la vista de los demás, y ya sea que lo pidamos o no, es sujeto a críticas constructivas como destructivas.

La base de lo que nos crea conflicto en este sentido, no es propiamente los comentarios que recibamos sino las expectativas que teníamos tanto de ellos como de nuestra labor, es decir que corremos el riesgo de que si pensábamos que nos íbamos a llevar las fanfarrias por lo bien hecho que creíamos haber hecho algo, y esto no sucede, el golpe a nuestro ego nos hará ver con malos ojos cualquier retroalimentación que recibamos. Otra oportunidad

Claro que no siempre es uno mismo quien pide una opinión, muchas veces llegan sin ser solicitadas y el impacto que pueden causar en ambos casos es completamente diferente, como lo explica el psicólogo LuisEscorcia, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La diferencia, afirma, radica en que cuando es uno quien la solicita, de inicio le ha dado un voto de confianza y de reconocimiento a la otra persona, mientras que en el segundo caso, además de carecer de estos elementos existe el prejuicio de preguntarnos “¿y quién le pidió su opinión?”, con lo que descalificamos cualquier idea que se exprese.

Para no sufrir desencantos a la menor provocación, dice el especialista que hay que aprender entre una crítica y una opinión personal, la primera estará basada en la experiencia y el conocimiento, en tanto que una opinión descansa en las preferencias y puntos de vista individuales.

Además, busca también influir en un cambio del objetivo primero. No así la crítica, que aún con lo avasallante que puede resultar esta palabra, aplicada en un buen sentido, busca encontrar lo perfectible que hay en el campo en que se ejerce.

Una vez que hemos distinguido dichas diferencias, hay que optar por quedarnos con la crítica propositiva, esa que nos ayuda a sacar mayor provecho y para eso, el experto recomienda realizar las siguientes preguntas a quien la realiza:

• ¿Cuáles consideras que son mis aciertos?

• ¿Qué cualidades observas en mí, para modificar mis errores?

• ¿Por qué piensas que estoy equivocada en mi proceder?

• ¿Puedes ofrecerme algunas soluciones?, no para actuar como lo haría el crítico, sino para poder ver otras alternativas.

Empieza por el principio

Mantener una mente abierta para escuchar a los demás puede representar un área de oportunidad increíble, solo imaginemos los valiosos consejos que un director de la talla de Guillermo Arriaga, quien ha sido nominado al Oscar y su trabajo fue galardonado en Cannes, podría dar a cualquier persona que esté interesada en incursionar en el medio cinematográfico a través de las letras. Sin embargo, ese tipo de oportunidades se evaporan cuando somos incapaces de acallar el ego.

El camino más corto hacia lo perfectible, es aceptar que todo, tiene un área de mejora y que la búsqueda de nuevas experiencias nos abre siempre una oportunidad de crecer y de llegar al punto al que aspiramos.

“El autoconocimiento frena la soberbia”. bojorge@teleton.org.mx
 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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