7 secuelas del perfeccionismo

No hay nada malo en tratar de hacer las cosas lo mejor posible. Sin embargo, llegar al perfeccionismo y caer en el exceso puede convertir tu vida en un verdadero infierno. Incluso, según el psiquiatra español Ángel García Prieto, los perfeccionistas en exceso generan una sicopatología.

En un interesante libro titulado “El síndrome del perfeccionista: El anancástico”, sus autores, los médicos Manuel Álvarez Romero y Domingo García-Villamisar, abordan desde el punto de vista psiquiátrico y psicológico las características del perfeccionismo “insano y negativo”, contrapuesto al que también se describe como “bueno y positivo”.

Los expertos señalan 7 secuelas de perfeccionismo que dañan tu autoestima:

1. El perfeccionismo negativo puede convertirse, bajo algunas circunstancias, en un verdadero trastorno psicopatológico, definido en las clasificaciones internacionales como trastorno de personalidad obsesiva.

2. El perfeccionismo en exceso podría influenciar la causa y el mantenimiento de otras enfermedades psíquicas como la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria, de la imagen corporal y de ansiedad.

3. El perfeccionista patológico se caracteriza por un exceso de control y exigencia que se hace obsesivo hacia él mismo y hacia los demás y elimina la posibilidad de delegar funciones.

4. Crea desconfianza en la colaboración o el trabajo en equipo.

5. Generalmente, un perfeccionista no admite fallos ni errores, busca siempre lo mejor y para ello es capaz de pasar por encima de actividades de descanso, ocio y relaciones familiares.

6. Una persona cuyo perfeccionismo raya en la rigidez parece querer moverse con el sentido de posesión de la realidad y del mundo que le rodea sin entender las limitaciones humanas.

7. Son personas en el fondo muy inseguras, que sólo se quedan tranquilas cuando todo está “atado y bien atado” y no son capaces de dejar nada al fluir normal de la vida.

Un reciente artículo publicado en The New York Times señalaba que algunos investigadores dividen a los perfeccionistas en tres tipos: “luchadores auto-orientados, que pelean para cumplir sus altas exigencias y parecen estar siempre al borde de una depresión; los fanáticos, que sólo esperan ver en los demás rastros de esa perfección que quieren para ellos y terminan arruinando las relaciones personales; por último, los desesperados por cumplir con un ideal, sea el que sea, y están convencidos de que es lo que esperan de ellos”.

Si no sabemos controlarlo, el perfeccionismo puede invadir toda nuestra vida como una hiedra venenosa, colándose por cada rincón, inundándolo todo de ansiedad y frustración.

Síguenos en @Salud180 y Salud180 en Facebook

¿Quieres recibir más información de tu interés? Regístrate con nosotros.